¿Un vampiro real en la película?
La gran novela de Bram Stoker “Dracula”, ha dado a lo largo de los
años múltiples adaptaciones tanto literarias como cinematográficas. La
primera vez que se llevó al cine fue en 1922 en “Nosferatu”, y a pesar
de su edad, quizás siga siendo la más oscura de todas,. Su protagonista,
el misterioso Max Schreck y las múltiples leyendas que giran alrededor
del rodaje mantienen vivo el oscuro espíritu de la película.
A pesar de que la adaptación no es fiel, ya que no se lograron los
derechos de la obra de Stoker, el protagonista era un vampiro que en
lugar de ser el conde Drácula era el conde Orlok y su ansia de sangre
humana era idéntica al del protagonista de la novela. Así que tras
cambiar nombres y situaciones comenzaron a rodar.
El nombre del film “Nosferatu” deriva del griego “Nosophoros”, que
significa portador de plagas, ya que el vampirismo era según la
literatura, una plaga.
El estudio quería una ambientación oscura, y no fue complicado cunado la
productora ocultaba una secta ocultista llamada “Fraternas Saturni”,
además se escogió como director al mejor representante del tétrico
expresionismo alemán del momento, F.W Murnau, un director extremadamente
cuidadoso que aún está en las listas de los mejores directores de la
historia. Su muerte en un accidente de coche en 1931 junto a su chofer y
amante filipino de 14 años puso fin a su carrera.
Murnau escogió para el papel a Max Schreck, que iba a ser el primer
vampiro en la gran pantalla, un extraño hombre del que pocas cosas se
conocen. Nació en Berlin en 1879 y tuvo una infancia misteriosa y un
gran talento para la interpretación que lo llevó por varios teatros
alemanes. La falta de datos sobre su vida, y que su apellido en alemán
signifique “miedo” alimentó la leyenda sobre su persona, llegando a
creerse que en su vida real practicaba el vampirismo, y que Murnau le
eligió por ser el actor perfecto al no tener que representar ningún
papel, sino a él mismo.
Otro de los rumores sin desmentir sobre la película es que la
protagonista femenina era una toxicómana contratada por el director para
que fuera en realidad mordida por Max, y que murió durante la
filmación. También se rumoreaba que varias personas del equipo
desaparecieron extrañamente durante el rodaje.
Cierto o no, a Max Schreck siempre le ha rodado un halo de misterio y
una presencia terrorífica que aun inquieta al verlo en la pantalla a
pesar de los años. La leyenda que lo rodea sirvió de base para que en al
año 2000 se rodara “La sombra del vampiro”, con Willem Dafoe encarnando
magistralmente a Schreck, lo que le valió una nominación al Oscar.
También Tim Burton le rindió homenaje en “Batman Vuelve” de 1992, ya que
el villano encarnado por Cristopher Walken se llama Max Schreck.
La viuda del creador de Dracula, Bram Stoker denunció la película por
infringir los derechos de autor. Murnau perdió el pleito y fue condenado
a destruir todas las copias, pero unas pocas ya habían sido
distribuidas y han llegado a nuestros días. Werner Herzog hizo una
versión en 1979 con Klaus Kinski encarnando a Nosferatu, pero
personalmente, y como amante de las películas de vampiros, creo que la
presencia del Nosferatu original es de las más inquietantes nunca vistas
en pantalla.
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