El gato Óscar paseando por el hospital
Óscar no es un simple gato, esta
mascota residente en un geriátrico de EEUU identifica a los internos que están
a punto de morir. Su leyenda ha traspasado fronteras.
Óscar es un gato que vive en un
hospitalgeriátrico de Estados Unidos, pero no es gato corriente, porque es
capaz de predecir la muerte de pacientes ancianos unas
horas antes de que se produzca, según revela un médico geriatra
en la prestigiosa revista "The New England Journal of Medicine".
Oscar vive en la tercera planta,
dedicada a pacientes con demencia en fase terminal, desde hace poco más de dos
años. "Creo que uno de los miembros de la plantilla que trabaja en la
planta lo trajo, cuando era un gato callejero. No es
extraño que los geriátricos tengan mascotas. Steere House tiene varias que
viven en el edificio y dan compañía y consuelo a los residentes", cuenta a
elmundo.es David M. Dosa, geriatra del mencionado centro y del Rhode Island
Hospital, ambos en Providence, EEUU.
Sin embargo, este gato tiene una
particularidad. Dosa no recuerda el primer caso que les alertó de la capacidad
del minino, pero sí de que "el don de Oscar, si lo
queremos llamar así, salió a la luz hará un año y medio.
Desde entonces, la plantilla ha vigilado de cerca sus actividades relacionadas
con la predicción", dice este médico, que escribe en el último número de
la revista 'New England' sobre el gato. La mascota ha predicho más de 25
muertes.
Un ejemplo: "Oscar llega a la habitación
313. La puerta está abierta y entra. La señora K. descansa tranquilamente en la
cama, con la respiración constante pero débil. (...) Oscar salta sobre la cama
y de nuevo huele el aire. Se detiene a considerar la situación y entonces gira
sobre sí mismo dos veces antes de enroscarse junto a la señora K. (...) Una
enfermera entra en la habitación para examinar a la paciente. Se detiene al
notar la presencia de Oscar. Preocupada, deja apresuradamente la habitación y
vuelve a su mesa. Coge el historial médico y comienza a hacer llamadas",
relata el artículo. A la media hora, empiezan a llegar los familiares y el cura
alertados por la enfermera. Poco después, la señora K. fallece.
"Su mera presencia
al lado de la cama es vista por los médicos y el personal del geriátrico como
un indicador casi absoluto de muerte inminente, lo que permite
a los miembros de la plantilla avisar adecuadamente a los familiares",
cuenta Dosa, que también es profesor de la facultad de medicina Warren Alpert,
de la Universidad
de Brown, también en Providence.
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