El hombre que vino de Tuared
Pero no dejemos que
Bergier se vaya todavía...
En 1954, a raíz de disturbios
civiles de gran violencia en el Japón, las autoridades niponas opinaron que los
motines estaban siendo instigados por agitadores extranjeros y se dieron a la
labor de escudriñar los pasaportes de los visitantes de otros países para
detectar irregularidades, tales como señas de falsificación por grupos
terroristas o antigubernamentales. Bergier nos informa que los oficiales se
toparon con un huésped de cierto hotel en Tokio cuyos papeles parecían estar en
buen orden, pero con un pequeño problema: el gobierno que emitió el pasaporte
no existía.
El documento no
presentaba señales de falsificación. La fotografía del portador era claramente
visible y las huellas dactilares eran idénticas. Sin embargo, los funcionarios
japoneses no podían encontrar ninguna "República de Tuared" en sus
mapas, a pesar de las protestas del extranjero, que insistía que su país
ocupaba la mayor parte del desierto del Sahara, extendiéndose desde Mauretania
en el oeste hasta el Sudán en el este. Era cierto, sin embargo, que el hombre
había venido al Japón con una misión poco edificante: comprar armas para ayudar
a emancipar los países árabes de la opresión occidental.
Según Bergier, el
tuarediano anónimo convocó una rueda de prensa para exponer sus razones, y la
prensa trató en vano de localizar su país a pesar de haber solicitado la ayuda
de las Naciones Unidas de la Liga
Árabe. El hombre que vino de Tuared fue internado en un psiquiátrico japonés,
donde es de suponer que permanece hasta nuestros días - un extraño en tierras
extrañas.
Está claro que todo el
evento pudo haber sido un fraude - un esfuerzo por nacionalistas magrebíes
interesados en establecer su propio país y embaucar a los agentes de aduana.
Ciertamente, una situación parecida pudo haber sucedido hace sólo unos cuantos
años, cuando el Partido Independista Puertorriqueño emitió sus propios
pasaportes como la "República de Puerto Rico" para aquellos que
deseaban renunciar a su ciudadanía estadounidense. Según portavoces de dicho
partido político, los pasaportes emitidos por la república inexistente fueron
¿podemos)aceptados por agentes de aduana en varios países del
mundo. Aún así, afirmar que un fenómeno
extraño pudo haber depositado en nuestro mundo a un ciudadano oriundo de un
importante país africano en otro dwipa?
Algo parecido había
sucedido un siglo antes y a miles de kilómetros del Japón. En 1850, se
descubrió a un hombre dando tumbos por las adoquinadas calles de un pueblo
alemán. Cuando las autoridades le echaron mano para interrogarlo, declaró
llamarse Josef Vorin, "ciudadano de Laxaria en Sakria". Los oficiales
alemanes se volvieron locos tratando de hallar estos lugares sin ningún
resultado. Se desconoce cuál fue la suerte de Vorin.
Estos ciudadanos de
otras partes, como el hombre de Tuared, pueden no tener idea alguna de que se
han internado en una realidad distinta hasta sentir el terror sutil de
encontrarse en circunstancias desconocidas. Por otra parte, existe la
posibilidad de que algunos vengan a nuestro mundo a propósito.
Corría el año 1293
cuando un hombre extraño, que no hablaba ninguna lengua conocida, se
materializó de la nada durante la boda del rey Alejandro de Escocia. Su
aparición fue considerada como un prodigio y la suerte del individuo no figuró
en los libros de historia. Un sujeto más tenebroso se manifestó en el año 1125
y supuestamente fue visto por miles de personas, siendo supuestamente capaz de
escupir bolas de fuego lo suficientemente poderosas como para incendiar
árboles. En fechas más recientes, Richard Popkin, autor del libro The Second
Oswald, menciona la irrupción de un sujeto que era el doble idéntico de Lee
Harvey Oswald, el asesino del presidente John F. Kennedy, en un campo de tiro
público. El individuo disparó un arma totalmente desconocida que lanzaba bolas
de fuego - un parecido que no deja de ser curioso.
El investigador de
temas paranormales Brad Steiger tuvo la oportunidad de mantener un
intercambio epistolar con un individuo supuestamente capaz de internarse a
voluntad en estos otros niveles de existencia. Al Kiessig, natural de Missouri
(EUA) escribió detalladamente sobre sus experiencias con los portales dimensionales
o "puntos de acceso" a otras realidades.
Kiessig informó a
Steiger que uno de nuestros "universos vecinos" es un entorno
insonoro que carece de viento o de sol, aunque su cielo dispone de suficiente
luz como para sugerir la existencia de semejante astro, y que él mismo pudo
internarse en dicho mundo mientras que paseaba a su perro en Arkansas en
diciembre de 1965. Este mundo silencioso parecía imitar al nuestro, copiando
hasta los detalles de las casas de madera descubiertas por Kiessig en su paseo.
Pero el silencio, la ausencia de vida animal y de seres humanos infundían
pavor. También parece haber una diferencia de tiempo considerable entre ambas
dimensiones.
El corresponsal de
Steiger pasó a mencionar una región sin nombre en las montañas Ozark desde la
cual podía ver otra dimensión con claridad, y ver la manera en que sus
habitantes entraban a la nuestra. Kiessig afirmó su creencia que esta otra
dimensión paralela representaba "el infierno terrenal donde Jesucristo
predicó por tres días antes de ascender al cielo". Según Kiessig,
otras puertas dimensionales conducen "a una tierra sin vida. Otras te
llevan al pasado, y otras te conducen al futuro de este mundo".
¿Era Un)Kiessig poco más que un mentiroso que se burlaba a
costas de Steiger? ¿ lunático? ¿O poseía, de verdad, el don de entrar y salir
de los dwipas?
© Scott Corrales – Todos los
derechos reservados.
Reproducido
con permiso expreso del autor
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