Si las preguntas con respuesta son interesantes, más lo son las que no
hemos podido responder aún. Este es el caso de a dónde se dirige nuestra
galaxia. El siguiente fragmento está extraído del libro “Hablemos de
Ciencia” escrito por José Manuel Nieves (Editorial Edaf, 2006).
"En el universo todo se mueve, y desde que Hubble formuló la teoría de la expansión, no cabe duda de que las galaxias se alejan las unas de las otras.
Pero dentro de un esquema general, existen otros movimientos, más concretos, provocados por otras fuerzas, probablemente gravitatorias, cuyo origen exacto aún se desconoce. Nuestra galaxia, por ejemplo, junto a todas sus vecinas del Grupo Local de galaxias (unas veinte en total) se dirige a toda velocidad hacia al Cúmulo de Virgo. No sería esta dirección lógica si siguiéramos, lisa y llanamente, las leyes de expansión. ¿Qué nos atrae entonces hacia allí? ¿Qué misteriosa fuerza puede alterar el rumbo de todo un grupo de galaxias en el espacio?
Para calcular el movimiento del grupo de galaxias al que nosotros mismo pertenecemos, un observador situado en la Tierra debe tener en cuenta la superposición de varios movimientos "menores", como por ejemplo los 30 km/s de la Tierra en su órbita alrededor del Sol, los 230 Km/s de todo el Sistema Solar alrededor del centro de la Vía Láctea o los 40 Km/s a los que la Vía Láctea es atraída hacia su vecina más próxima, la galaxia de Andrómeda. Descontados dichos movimientos, queda otro, de 600 Km/s, de nuestra galaxia (y de todas las componentes al grupo Local) hacia el Cúmulo de Virgo.
Sin embargo, se ha comprobado que el Cúmulo de Virgo no puede ser responsable de este movimiento, ya que él se mueve en la misma dirección. Sea lo que sea los que nos atrae, también atrae al Cúmulo de Virgo. El siguiente candidato, por el simple hecho de que estaba en la dirección hacia la que nos dirigimos, fue el supercúmulo Hidra-Centauro. Cual no sería la sorpresa de los investigadores cuando descubrieron que también Hidra-Centauro (una agrupación de galaxias cientos de veces mayor que el Cúmulo de Virgo) estaba aprisionado dentro de otra atracción gravitatoria todavía mayor. Desconcertados, llamaron Gran Atractor al monstruo capaz de mover hacia sí mismo miles de galaxias como si fueran planetas alrededor del Sol. Sea lo que sea ese Gran Atractor, lo cierto es que todos, inevitablemente, no dirigimos hacia allí."
"En el universo todo se mueve, y desde que Hubble formuló la teoría de la expansión, no cabe duda de que las galaxias se alejan las unas de las otras.
Pero dentro de un esquema general, existen otros movimientos, más concretos, provocados por otras fuerzas, probablemente gravitatorias, cuyo origen exacto aún se desconoce. Nuestra galaxia, por ejemplo, junto a todas sus vecinas del Grupo Local de galaxias (unas veinte en total) se dirige a toda velocidad hacia al Cúmulo de Virgo. No sería esta dirección lógica si siguiéramos, lisa y llanamente, las leyes de expansión. ¿Qué nos atrae entonces hacia allí? ¿Qué misteriosa fuerza puede alterar el rumbo de todo un grupo de galaxias en el espacio?
Para calcular el movimiento del grupo de galaxias al que nosotros mismo pertenecemos, un observador situado en la Tierra debe tener en cuenta la superposición de varios movimientos "menores", como por ejemplo los 30 km/s de la Tierra en su órbita alrededor del Sol, los 230 Km/s de todo el Sistema Solar alrededor del centro de la Vía Láctea o los 40 Km/s a los que la Vía Láctea es atraída hacia su vecina más próxima, la galaxia de Andrómeda. Descontados dichos movimientos, queda otro, de 600 Km/s, de nuestra galaxia (y de todas las componentes al grupo Local) hacia el Cúmulo de Virgo.
Sin embargo, se ha comprobado que el Cúmulo de Virgo no puede ser responsable de este movimiento, ya que él se mueve en la misma dirección. Sea lo que sea los que nos atrae, también atrae al Cúmulo de Virgo. El siguiente candidato, por el simple hecho de que estaba en la dirección hacia la que nos dirigimos, fue el supercúmulo Hidra-Centauro. Cual no sería la sorpresa de los investigadores cuando descubrieron que también Hidra-Centauro (una agrupación de galaxias cientos de veces mayor que el Cúmulo de Virgo) estaba aprisionado dentro de otra atracción gravitatoria todavía mayor. Desconcertados, llamaron Gran Atractor al monstruo capaz de mover hacia sí mismo miles de galaxias como si fueran planetas alrededor del Sol. Sea lo que sea ese Gran Atractor, lo cierto es que todos, inevitablemente, no dirigimos hacia allí."
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