sábado, 7 de enero de 2012

Los Dinosaurios NO murieron por un Asteroide. Y la Inversión de los Polos.

¿Qué relación tienen estas DOS cosas?
 
LONDRES, INGLATERRA.- La teoría de que la caída de un asteroide terminó con los dinosaurios hace 65 millones de años fue puesta en duda por científicos que creen que esos animales fueron extinguidos miles de años después, publicó el diario inglés The Guardian.
Hasta ahora existía la creencia de que un vasto cráter cerca de México es la cicatriz dejada por un asteroide que se estrelló contra la Tierra, generando cambios climáticos y volcánicos que causaron la desaparición de los dinosaurios hace 65 millones de años.

Pero un estudio publicado en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciencies” (Actas de la Academia Nacional de Ciencias) asegura que el cráter Chicxulub, al norte de la Península de Yucatán, antecede a la extinción de los dinosaurios en 300 mil años.

Los investigadores, encabezados por la geóloga Gerta Keller de la Universidad de Princeton, llegaron a esta conclusión después de estudiar los estratos en muestras del subsuelo del cráter de Chicxulub extraídos por una perforación.

Los resultados señalan que el cráter de 180 kilómetros de diámetro se formó 300 mil años antes de que los dinosaurios desaparecieran de la faz de la Tierra. 
 
Según Gerta Keller, las conclusiones de la investigación respaldan la teoría de que la extinción de los dinosaurios y otros seres vivos no fue causada por el impacto de un solo asteroide, sino por varios cuerpos celestes.

La caída de esos asteroides coincidió con un período de intensa actividad volcánica, conocida como vulcanismo Deccan, así como un calentamiento global que causó la desaparición de muchas especies, de acuerdo con la geóloga.

La tarea que tienen ahora los científicos para dar más fuerza a su teoría es encontrar otros cráteres que hayan sido causados por el impacto de asteroides. 

El grupo de científicos sugiere una serie de eventos más complejos, tales como el impacto adicional de un asteroide, tal vez en el cráter Shiva en India, volcanismo y cambio de clima.
El cráter de Chicxulub había llevado a muchos científicos a la conclusión de que los fragmentos desprendidos de la tierra por el impacto de un asteroide pudieron haber elevado la temperatura de la atmósfera a tal grado que la vegetación explotó en llamas.

De acuerdo con esta teoría, la temperatura del suelo se elevó a aproximadamente mil grados centígrados, causando incendios forestales en todo el mundo que hicieron hervir a todos los organismos vivos.

Para los científicos de nuestro tiempo la historia geológica de la Tierra es un libro abierto. Allí está escrito que en 4.5 millones de años la Tierra ha pasado por lo menos catorce veces por inversiones de sus polos magnéticos. Para llegar a estas conclusiones los científicos investigan las capas geológicas, donde existen sedimentos correspondientes a las distintas edades del planeta. Lo que antes fue lava, contiene todavía minerales que conservan su alineación magnética original, que puede medirse con la tecnología del radio carbono. Así se sabe que la última inversión de los polos magnéticos ocurrió en el año 13.200 AC, y se sospecha que esta fecha coincide exactamente con la desaparición de los dinosaurios. Nuestro planeta alterna su polaridad cada vez que completa un ciclo, unas veces los polos magnéticos de la Tierra están alineados como nosotros los conocemos ahora, y en otras, están invertidos. Esto tiene que ver con la dirección en la que rota la Tierra alrededor de su eje. Por otro lado, la velocidad de rotación es variable, y según esta cambie, los campos magnéticos se manifiestan con mayor o menor intensidad. A más velocidad de rotación corresponde un campo magnético más fuerte, y a menor velocidad de giro, un campo magnético más débil.

En el ciclo actual, el punto de máxima intensidad del campo magnético se alcanzó hace 2.000 años, mientras que en nuestros días la Tierra gira más lentamente, por lo tanto el campo magnético ha venido debilitándose, y lo hace en progresión geométrica (mientras más rápido cae, con más velocidad sigue cayendo). La paradoja es: ahora nuestros días son más largos, sin embargo sentimos que el tiempo se acorta, porque la forma como lo percibimos depende de otro factor, que es la afinación de nuestras células con el pulso de la Tierra (o Frecuencia Schumann), que ha venido acelerándose.
En una escala de 1 al 10, siendo 10 la medida de magnetismo más fuerte, en 1.996 estábamos en 1.5 y ahora nos encontramos por debajo de 1. Este indicador nos muestra que estamos en la antesala de una inversión de los polos magnéticos que, según los entendidos, ocurrirá antes de finalizar el año 2.012. Por lo pronto la Tierra seguirá rotando alrededor de sí misma cada vez más lentamente, hasta que llegue el momento en que se quedará quieta. Permaneceremos en un estado nulo de magnetismo por aproximadamente tres días y luego nuestro planeta comenzará a girar en sentido contrario. Al girar en movimiento inverso donde antes quedaba el polo norte magnético, ahora estará el polo sur; y donde estaba antes el polo sur magnético, tendremos ahora el polo norte. Hay que advertir que este cambio se da solo a niveles electromagnéticos y que no se trata de que la Tierra vaya a dar físicamente un bote de 180 grados.

Durante los tres días en que la Tierra permanezca inmóvil, la mitad del planeta quedará de cara al sol y tendrá un día muy largo y la otra mitad observará una noche prolongada. Hay narraciones antiguas que relatan una experiencia similar, y que nos hacen sospechar que esta inversión polar se vivió en la Tierra en un tiempo más reciente al anteriormente anotado. La Biblia cuenta que Josué "mandó parar el sol". También papiros del antiguo Egipto narran que una vez hubo un día muy largo en el que el sol salió primero por occidente y se ocultó por oriente, y luego, sin que mediara la noche, salió por oriente y se ocultó por occidente. Desde los antípodas en el Perú se cuenta con el testimonio de los antiguos Incas quienes, por la misma época, experimentaron una noche muy larga en la que "no hubo amanecer por más de veinte horas".
Los tres días en que la Tierra permanezca quieta serán los más sagrados que haya vivido el hombre desde su creación. Tres días necesitó el maestro Jesús para convertir su carne mortal en Cuerpo de Luz, y ese mismo tiempo necesitará nuestra materia densa para vivir el proceso de resurrección, esta vez sin necesidad de haber tenido que pasar por la experiencia de la muerte. Al planeta de todas formas le corresponde ascender y situarse en la escala evolutiva como mundo de quinta dimensión. Pero el proceso de ascensión de los humanos es asunto individual y de libre elección. Lo lograrán quienes para entonces hayan creado su propia zona nula, esto es: cero en miedos y reacciones emocionales. Y hayan hecho la inversión polar correspondiente, con la brújula interna calibrada según los valores del espíritu, y no con el norte apuntando a la búsqueda del poder, la fama y el dinero.

La vida, en riesgo:
El resultado, debido al aumento de las radiaciones dañinas, incrementaría los casos de cáncer, reduciría cosechas y confundiría a los animales, desde ballenas hasta palomas, en sus habituales rutas migratorias.
De producirse la inversión de los polos, la navegación con brújula se convertiría en una empresa muy dificultosa —mucho más aún de lo que fue para los marinos antiguos— y los satélites, que son medios alternativos de navegación y elementos fundamentales en las redes de comunicación, serían de inmediato dañados por la radiación.

Los polos magnéticos podrían llegar a invertirse:
(La Nación, Sunday Times) El Polo Norte es noticia: los científicos han encontrado grandes agujeros que aparecen en el campo magnético de la Tierra y sugieren que los polos Norte y Sur se están preparando para invertir posiciones, en lo que podría ser un auténtico vuelco magnético.
De ocurrir así las cosas, sería inminente un período de caos, en el que los compases de las brújulas no apuntarían más al Norte, las aves migratorias irían en dirección equivocada y los satélites se incendiarían como consecuencia del efecto de la radiación solar.
Los agujeros del campo magnético están sobre el Atlántico Sur y el Ártico. Los cambios fueron revelados luego de que se analizó detalladamente la información obtenida por el satélite danés Orsted. Los resultados se compararon con datos de satélites anteriores.

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