martes, 20 de septiembre de 2011

El hombre que vino de Tuared


El hombre que vino de Tuared
 
Pero no dejemos que Bergier se vaya todavía...
           
En 1954, a raíz de disturbios civiles de gran violencia en el Japón, las autoridades niponas opinaron que los motines estaban siendo instigados por agitadores extranjeros y se dieron a la labor de escudriñar los pasaportes de los visitantes de otros países para detectar irregularidades, tales como señas de falsificación por grupos terroristas o antigubernamentales. Bergier nos informa que los oficiales se toparon con un huésped de cierto hotel en Tokio cuyos papeles parecían estar en buen orden, pero con un pequeño problema: el gobierno que emitió el pasaporte no existía.

El documento no presentaba señales de falsificación. La fotografía del portador era claramente visible y las huellas dactilares eran idénticas. Sin embargo, los funcionarios japoneses no podían encontrar ninguna "República de Tuared" en sus mapas, a pesar de las protestas del extranjero, que insistía que su país ocupaba la mayor parte del desierto del Sahara, extendiéndose desde Mauretania en el oeste hasta el Sudán en el este. Era cierto, sin embargo, que el hombre había venido al Japón con una misión poco edificante: comprar armas para ayudar a emancipar los países árabes de la opresión occidental.

Según Bergier, el tuarediano anónimo convocó una rueda de prensa para exponer sus razones, y la prensa trató en vano de localizar su país a pesar de haber solicitado la ayuda de las Naciones Unidas de la Liga Árabe. El hombre que vino de Tuared fue internado en un psiquiátrico japonés, donde es de suponer que permanece hasta nuestros días - un extraño en tierras extrañas.

Está claro que todo el evento pudo haber sido un fraude - un esfuerzo por nacionalistas magrebíes interesados en establecer su propio país y embaucar a los agentes de aduana. Ciertamente, una situación parecida pudo haber sucedido hace sólo unos cuantos años, cuando el Partido Independista Puertorriqueño emitió sus propios pasaportes como la "República de Puerto Rico" para aquellos que deseaban renunciar a su ciudadanía estadounidense. Según portavoces de dicho partido político, los pasaportes emitidos por la república inexistente fueron ¿podemos)aceptados por agentes de aduana en varios países del mundo. Aún así,  afirmar que un fenómeno extraño pudo haber depositado en nuestro mundo a un ciudadano oriundo de un importante país africano en otro dwipa?

Algo parecido había sucedido un siglo antes y a miles de kilómetros del Japón. En 1850, se descubrió a un hombre dando tumbos por las adoquinadas calles de un pueblo alemán. Cuando las autoridades le echaron mano para interrogarlo, declaró llamarse Josef Vorin, "ciudadano de Laxaria en Sakria". Los oficiales alemanes se volvieron locos tratando de hallar estos lugares sin ningún resultado. Se desconoce cuál fue la suerte de Vorin.

Estos ciudadanos de otras partes, como el hombre de Tuared, pueden no tener idea alguna de que se han internado en una realidad distinta hasta sentir el terror sutil de encontrarse en circunstancias desconocidas. Por otra parte, existe la posibilidad de que algunos vengan a nuestro mundo a propósito.
           
Corría el año 1293 cuando un hombre extraño, que no hablaba ninguna lengua conocida, se materializó de la nada durante la boda del rey Alejandro de Escocia. Su aparición fue considerada como un prodigio y la suerte del individuo no figuró en los libros de historia. Un sujeto más tenebroso se manifestó en el año 1125 y supuestamente fue visto por miles de personas, siendo supuestamente capaz de escupir bolas de fuego lo suficientemente poderosas como para incendiar árboles. En fechas más recientes, Richard Popkin, autor del libro The Second Oswald, menciona la irrupción de un sujeto que era el doble idéntico de Lee Harvey Oswald, el asesino del presidente John F. Kennedy, en un campo de tiro público. El individuo disparó un arma totalmente desconocida que lanzaba bolas de fuego - un parecido que no deja de ser curioso.

El investigador de temas paranormales Brad Steiger tuvo  la oportunidad de mantener un intercambio epistolar con un individuo supuestamente capaz de internarse a voluntad en estos otros niveles de existencia. Al Kiessig, natural de Missouri (EUA) escribió detalladamente sobre sus experiencias con los portales dimensionales o "puntos de acceso" a otras realidades.
           
Kiessig informó a Steiger que uno de nuestros "universos vecinos" es un entorno insonoro que carece de viento o de sol, aunque su cielo dispone de suficiente luz como para sugerir la existencia de semejante astro, y que él mismo pudo internarse en dicho mundo mientras que paseaba a su perro en Arkansas en diciembre de 1965. Este mundo silencioso parecía imitar al nuestro, copiando hasta los detalles de las casas de madera descubiertas por Kiessig en su paseo. Pero el silencio, la ausencia de vida animal y de seres humanos infundían pavor. También parece haber una diferencia de tiempo considerable entre ambas dimensiones.

El corresponsal de Steiger pasó a mencionar una región sin nombre en las montañas Ozark desde la cual podía ver otra dimensión con claridad, y ver la manera en que sus habitantes entraban a la nuestra. Kiessig afirmó su creencia que esta otra dimensión paralela representaba "el infierno terrenal donde Jesucristo predicó por tres días antes de ascender al cielo". Según Kiessig, otras puertas dimensionales conducen "a una tierra sin vida. Otras te llevan al pasado, y otras te conducen al futuro de este mundo".

¿Era Un)Kiessig poco más que un mentiroso que se burlaba a costas de Steiger? ¿ lunático? ¿O poseía, de verdad, el don de entrar y salir de los dwipas?

© Scott Corrales  – Todos los derechos reservados.
 Reproducido con permiso expreso del autor

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